domingo, 1 de septiembre de 2013

Casi tragedias

MI PEZ”PEPITO”


Con seis años recién cumplidos, me regalaron un pez, y como todas las mascotas le puse un nombre:”Pepito”.
Pepito era de color naranja y no muy grande. Cuando estaba celebrando mi cumpleaños con mi familia, terminada la comida, mi hermana y yo fuimos a hablar a nuestro cuarto. Un rato más tarde vino nuestro primo Gabriel y como era muy pequeño, todavía no sabía hablar muy bien y nos empezó a decir: ”pes, pes, agua, cusina!” y claro, nosotras no le entendíamos. Al cabo de unos segundos volvió y nos repitió lo mismo. Fui a la cocina para ver qué pasaba.
Cuando llegué vi a Pepito dando saltitos en el suelo y todo el agua por alrededor, ¡a mi primo se le había caído la pecera al suelo!, muy asustada, fui corriendo a donde mi madre, lo recogió todo y se quedó en un pequeño susto. Lo más importante fue que Pepito sobrevivió.

 Claudio

Cumpleaños innolvidables

Una sorpresa en mi cumpleaños

Era julio. Yo estaba con mi madre en casa porque iban a venir todos mis primos de Madrid a ver algo de unas fotos de Londres, ya que acababan de estar allí. Preparé la merienda, organizó el salón, la casa y ayude a mi madre con todo.
Estaba en el ordenador cuando mi madre me dijo que sacase a mi perro. Cuando volví me encontré a todas mis amigas en casa y al entrar por la puerta todas gritaron : ¡sorpresa! No me lo esperaba y me quede atónita. Fue una gran sorpresa.

 Mónica

Mascotas divertidas

LA HAZAÑA DE MI GATO



Un viernes por la mañana una amiga de mi madre que tiene un hijo de 7 años que se llama Iker. Él tenía un pez que se llamaba “Nemo” y como se tenían que ir a Zaragoza ese fin de semana nos preguntaron a ver si podíamos cuidarlo “. Mi madre aceptó pero no se dio cuenta de “Felix” mi gato.
El pez llegó a casa sobre las diez de la mañana y el gato no le hacía nada así que no nos preocupamos. Pero al irnos a la cama mi madre olvidó poner una tapa a la pecera. Mi gato aprovechó metió la pata y sacó el pez de la pecera para jugar con él.
A la mañana siguiente cuando mi madre encontró el pez en el suelo pegó tal grito que mi gato se escondió en el baño y no apareció hasta que le entró el hambre (unos 10 minutos después).
Esa misma tarde fuimos a comprar otro “Nemo” y era el único que quedaba en la tienda. Esa noche mi madre le puso una tapa a la pecera. El domingo a la mañana vinieron a buscarlo y se lo llevaron.
 Amelia

Situaciones vergonzosas

"Oops una pequeña caida" 

Era un día caluroso y después del colegio fui a mi clase de ballet. Marta y yo quedamos para ir juntas en el metro y cuando llegamos a la academia ya estaban allí varias compañeras, así que nos cambiamos, nos hicimos el moño, y salimos del vestuario para calentar.
Unos minutos después entramos en la clase. Era lunes y por lo tanto teníamos ejercicios diferentes a los de la semana pasada. Empezamos los de barra y hasta entonces no me fue mal, pero cuando pasamos al centro los ejercicios se complicaron.
Los ejercicios de saltos también eran diferentes y uno de los saltos no lo habíamos hecho nunca, por lo tanto la maestra nos mandó hacerlo más lento y en el momento menos esperado se me enredaron los pies y me caí. En ese momento todo el mundo se quedó en silencio pensando que me habría hecho daño y aunque nadie se lo esperaba eché una carcajada. Cuando mi profesora y mis compañeras me vieron reír ellas también lo hicieron, sobre todas se escuchaba la escandalosa risa de mi compañera Marta.

 Sara

Asistir al Circo

"Más valioso que el circo"  


Cuando yo era niña estaba con mi padre haciendo fila para comprar las entradas del circo.
Delante de nosotros en la fila había un matrimonio con ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Se veía que eran muy humildes. Los niños estaban muy entusiasmados hablando de los payasos, los elefantes y otros que verían esa noche. Le escuché decir que era la primera vez que iban al circo.
La esposa miraba al marido con mucha satisfacción. Se ve que él había hecho un gran esfuerzo para poder llevarlos todos al circo.
Cuando llegaron a la ventanilla de ventas, la empleada preguntó al padre cuántas entradas quería. Él respondió con orgullo: "Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos".
La empleada le indicó el precio. El matrimonio se paralizó y quedó mudo. Era más de lo que esperaban. ¿Cómo iba a decirle a sus ocho hijos que no tenían suficiente dinero para llevarlos al circo? Viendo lo que ocurría, mi papá dejó caer de su bolsillo un billete de veinte dólares (nosotros no éramos ricos en absoluto). Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: "Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo."

El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incómoda. Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: "Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí."

Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. No fuimos al circo. Pero no nos fuimos sin nada...  Jamás olvidaré aquel acto de mi padre. Se que me hubiese divertido en el circo. Pero aquella noche obtuve una enseñanza que me ha enriquecido toda mi vida.

 Rosa

Encuentros paranormales

“El lamento bajo la lluvia” 


Una noche estaba solo en mi casa, mientras caía una fuerte tormenta , así que me puse a ver una peli de terror en medio de la cual se va la luz y todo queda oscuro,  yo me aterre mucho, pero lo peor estaba por ocurrir.

de pronto empecé a ver una sombra por la ventana, era imposible que fuera alguien afuera, ya que el cielo se caía a pedazos por la tormenta, de pronto la puerta empieza a sonar, quede aterrado y lo peor  sonaba un lamento como de mujer que se escuchaba tras la puerta, no entendía lo que decía pero se oía desesperada, así se azoto la puerta varias veces, obvio no le abrí, y en eso que se empiezan a sonar las ventanas una por una y el lamento tras de ellas, yo aterrado me escondí en el closet toda la noche.

A la mañana siguiente mi hermana amaneció  enferma, mi mamá me dijo que fue porque se quedó toda la noche afuera en la lluvia debido a que olvido sus llaves y un distraído no le abrió.


Juan

Visita al Zoológico

“Un cerro en el Zoológico”


Cierto día, en las vacaciones de invierno fui al zoológico con mi tía, mi prima de 5 años y mi primo de 7 años. Tuvimos que esperar un buen rato para poder entrar ya que había demasiada gente.

Cuando por fin logramos entrar, a mi prima le llamo mucho la atención un cerro que había y dijo: “¿por qué están todos alrededor de ese cerro?”, al percatarme de la situación me di vuelta para mirar el famoso “cerro”, al verlo me dio mucha risa y le dije: “¡¡Emilia, ese no es un cerro! Es el elefante que esta agachado!!” .

Luego de esto a todos nos dio mucha risa, y mi prima se puso roja de vergüenza; pero finalmente seguimos alegremente nuestro paseo por el zoológico.

Autor: Caterina